Grupo Folclórico Crisol emocionó y presentó disco en Maipú

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Una caja, una guitarra y una voz musicalizaban la canción “yo vengo a ofrecer mi corazón” de Fito Páez, acompañando la danza de dos bailarinas vestidas de blanco que iluminaban el oscuro escenario de negro telón y luces azules.

Así fue la primera presentación que dio inicio a la séptima gala del Grupo Folclórico Infantil Juvenil Crisol, que se realizó la tarde de ayer en un —por poco completo— salón del Teatro Municipal, facilitado por el departamento de cultura de la Municipalidad de Maipú.

Minutos más tarde, se dio comienzo al homenaje preparado para la poetisa de Maipú, reconocida internacionalmente, Elisa Ferrada, o como prefieren llamarle, Mama Icha. Este momento de dedicación recopiló diferentes de sus poemas musicalizados por Crisol. Instante marcado de emociones, donde inclusive al finalizar, la presentadora se tuvo que dar unos segundos debido a la emoción que la invadió y de la cual no se le puede culpar.

En un momento del homenaje a Mama Icha, una niña vestida de celeste gritó “¡¡Que vengan los niños!!” y el escenario se repletó de niños con coloridos trajes, bailando de tal manera que transmitían felicidad y era la fiel representación de los juegos que se disfrutan de una soleada tarde, alejados de la tecnología, niños de antaño.

La jornada dio espacio para la presentación del primer disco de Crisol llamado “Chile mi Reflejo” en cuyo envase hexagonal de material ecológico lleva impresa imágenes del país. El disco fue presentado por su director y subdirector, Nicolás Guerra y Franco Rivas, contiene 10 composiciones que “tienen el sello de cada integrante. Es el trabajo de todos los músicos que han pasado por el grupo”.

La presentación demostró la inmensidad del trabajo de todos los involucrados, tanto de su dirección, del elenco, como de los apoderados, quienes en ocasiones se privan de disfrutar de la presentación de sus hijos por prestar de su ayuda en alguna necesaria función. Como lo es en el caso de la señora Pilar, que mencionó “es agotador, pero si a uno le gusta…” alzando sus hombros y sonriendo, demostrando que disfruta de sus actividades y se siente orgullosa de su hijo de 10 años de edad que participa en el ballet.

Dentro del salón del Teatro, emociones y aspiraciones, como el caso de Nicole, que asistió a la actividad acompañada de su pareja y su hijo de tres años, de quien espera algún día, quiera participar de un grupo de folclore.