El Bardamo
“El Bardamo es un bar metalero que yo frecuento, y hay mucha gente que es como bastante cercana, amigos –y entre ellos hay otro artista también que es Luis Mella; él es vocalista de un grupo de thrash metal progresivo llamado Abhorrent; es un muy buen grupo, y bien potente–”. “El dueño es el hijo de la dueña del Fauna’s Shop. El Fauna’s también es un local que tiene una trascendencia dentro de la comuna. Y el Bardamo hasta hace poco tenía como los vestigios, los bancos, de una fuente de soda que también fue histórica acá en la comuna que fue el Donde Jaime, que en sus inicios, al llegar yo, estaba instalado donde ahora hay un Sencillito y en su tiempo fue un Punto Bip! y ahí estaba el Donde Jaime, en Pajaritos, al lado de la funeraria La Pompeya. Y después se trasladó ahí como frente al Faunas’s Shop, y parece que terminó llegando a la quiebra por asunto de la expropiación que hubo para ampliar el corredor de Pajaritos que hay ahí. Y hace unos cuatro años más o menos, cuatro o cinco años si no me equivoco, empezó el Bardamo, y yo empecé a frecuentarlo como por el 2009, por noviembre. Y ahí es donde generalmente voy, y voy solo porque siempre después me encuentro con alguien”.
Podría sorprender, ciertamente, la conciencia espacial y temporal de Gabriel. Y lo primero podría atribuirse a la condición itinerante de su trabajo. Ensayar en un lado y en otro, presentar en un lado y en otro; más donde se pueda que donde se quiera. Por ejemplo la Compañía Patotadeteatroclown Qué Es Keno?, que dirige, por falta de recursos ensaya en casa de la señora Cita, los domingos. Años atrás la Compañía Laboratorio Teatral de Maipú, dirigida por Rodrigo Camps, ensayaba en plaza Rapa Nui, frente a la Biblioteca Municipal. Alguien expresó la idea de presentarse inmediatamente sobre una micro. Gabriel respondió que no, pero luego consideró que ello sería hacer clown y propuso comprar narices.
“El teatro es un oficio, porque al final de cuentas no es necesario que tengas un cartón profesional como para que puedas tener la capacidad para estar frente al púbico e interpretar un personaje. Es un asunto de que aprendas las técnicas y todo eso, pero a mi criterio no es necesaria una escuela y tampoco es necesario un cartón; y creo que yo también soy una especie de prueba viviente de ello, de esa magia de que puedes seguir aprendiendo de tu propio oficio. Porque de mucha gente que está haciendo teatro son pocos los que tratan de hacer nuevas investigaciones, todo eso, y se encargan más de meterse en obras que se van a casting y todo eso y se estancan, porque al final los que terminan en alguna escuela de teatro le terminan agregando esa cosa tan maldita que es el ego. Y a la vez me he dado cuenta que muchos terminan demasiado cuadrados. Haciendo ver que el teatro es como tan sacro que no pueda hacer combinar una cosa con otra”.
Sagrado, profano
“Me pasa una vez en la cual yo hice una rutina de clown que era El dentista, que era una fusión entre el concepto del clown y el concepto de la pantomima, y alguien me dijo: Oye, tú no puedes hacer una combinación entre lo que es la pantomima y lo que es el clown, porque confunde… La pregunta es en qué confunde. Y eso son ese tipo de personas que yo me refiero que son cuadradas, que ven a esto como algo tan sagrado, que de por sí el teatro es sagrado, pero también es profano a la vez”. “Uno como actor siempre tiene que ver el teatro como sagrado a final de cuentas. Como es nuestro medio de vivir, y es seguir entre comillas una religión, porque tú tienes que velar mucho más por el bien de la obra de teatro que estás montando por ejemplo, y si ya estás en un proceso de presentación de funciones y llega un momento equis en que una persona cercana a ti está grave en un hospital, y tú estás en funciones, tiene que primar la función. Uno nunca tiene que actuar para uno mismo o sus pares, uno siempre tiene que actuar para el público, porque para eso es el teatro, y por eso me choca entre comillas algunas obra de teatro que son demasiado conceptuales, que tienen un lenguaje que no todos entendemos, y esa es una forma que hace que se aleje el teatro del publico más común y corriente, y es por eso que mucha gente no va al teatro, aparte de por el del valor de las entradas, que también muchas salas son bastante caras”.
“Uno tiene que dedicarse más al teatro. Es cien por ciento dedicar su tiempo al teatro, a los ensayos, saber llegar temprano, tener una constancia tan fuerte, porque al final de cuentas es un trabajo. Si demoras un poco en un ensayo o llegas tarde a ensayar, no solamente te estás retrasando tú como actor, sino estás haciendo retrasar a todo el equipo que esta esperándote para el ensayo. Entonces eso ya se considera una falta de respeto, no solamente a sus compañeros sino a uno mismo, y también al teatro en sí. En ese punto uno tiene que tomar como sagrado el hecho de la responsabilidad hacia el teatro. Es sagrado en ámbito más de responsabilidad. Uno como actor tienen que vivir netamente para este arte, a pesar de que en ocasiones uno no termine ganando plata por hacer teatro. Y hay otra cosa que viene el típico cliché del amor al arte. A qué me refiero, a que muchos dicen: Ah pero tú eres artista, lo puedes hacer gratis. Y esa es una visión tan errada que yo encuentro que le dan hacia los artistas y es uno de los porqué el arte en chile es tan mal mirado, porque hay mucha gente que a veces entrega gratis su arte y dice: Con eso pa’ sentirme bien, pa’ podérselo entregar a la gente. Pero a final de cuentas el artista es un trabajador. El arte que uno entrega es el trabajo de mucho esfuerzo, investigación que uno hace como personaje. Y por eso yo estoy de acuerdo en que el teatro tenga que ser pagado, o que alguien lo pague si es que quiere que sea gratuito para la gente. Por ejemplo obviamente las cosas municipales que son de entrada liberada las pagan las municipalidades. En ese ámbito yo me denomino una persona bastante mercenaria si estamos hablando en términos político-económicos”.
“Lo profano viene por lo personal”. “Puedes hacer perfectamente una obra completamente entendible para el público, con conceptos que pueden ser de unas ideas tal vez religiosas o políticamente como muy contrarias a ti. Ahí viene el término de profano, en un ámbito más como lo podría tomar por ejemplo uno personal. Por ejemplo, yo me denomino anti-católico, pero igual puede llegar el momento en que tenga que interpretar a un sacerdote católico, entonces ahí viene la parte profana de uno, con respecto al teatro, que hace que seas un personaje que no quieres ser”.
El abuelito Alberto
Actualmente representa al abuelito Alberto, en una adaptación de “La vida según Quino”. Su figura recorta la altura de la autopista Américo Vespucio, frente al Mall Arauco Maipú. Apoyado en el bastón, la mano derecha atrás le tiembla. Ya no es Gabriel Guérrero. Si se le pregunta el nombre, canta quedamente:
Cumpleaños feliz
Te deseamos a ti
Cumpleaños Alberto…
—Alberto —responde.
El cielo va dejando el frío de la mañana y comienza a clarear un paisaje más bien desolado. Una fila de autos, un tierral. Una gimnasta de azul, allá, culmina su rutina con banderas y realiza una reverencia.
Luna que se quieura
Sobre las tinieulas
De mi soledad…
Canturrea frotando sus muslos, sentado en la parada, pero está atento y pronto se halla arriba de un bus del TranSantiago:
— ¿Saben qué, mis queridos amigos? Pues yo pienso que la forma en que la vida fluye ESTÁ MAL —reflexiona.
—Cla-ro-que-sí —acentúa con el bastón—. Debería ser al revés, verán: uno debería morir primero, para salirse de ese cacho de una buena vez…
De su casa aborda uno o dos hasta la plaza de Maipú. De la plaza son tres hasta Las Rejas; otro hasta el Terminal de buses Santiago o Estación Central; otro hasta República; Universidad de Chile, Baquedano, Manuel Montt, Pedro de Valdivia, Escuela Militar; dos hasta el Alto Las Condes y uno de regreso hasta Escuela Militar…
Cuando quiere bajarse, el taco se lo impide:
—Un choque o un tonto a pata… —comenta, cuando el chofer descarga los primeros bocinazos:
—¡ÉCHALE GATO NOMÁ! —celebra—, ¡TOCA LA‘OCINA!
Al fin baja, con mucha dificultad. Un niño atento le da una moneda de cien.
—Gracias niño —posa la mano sobre su cabeza—… Pórtese bien y hágale harto caso a la mamá.
Mientras madre y niño se van alejando resopla:
—Así son los niños de hoy en día, les entra por una oreja y les sale por la otra…
Podría hallarse extraño todo esto, ciertamente. ¿Qué sentido tiene? El sentido que parte desde Gabriel y atraviesa el espacio y el tiempo. El mundo le pertenece. “Porque yo al menos me siento libre trabajando haciendo teatro en las micros y me siento bastante libre trabajando en lo que yo quiero ser. Y eso va en base a cómo uno se desarrolla como persona. Porque si tú estás decidido a hacer algo, y aunque te cueste mucho, y tienes que a veces rasguñar el piso para seguir avanzando con todas las cargas que tienes, pero al final de cuentas que en los resultados te sientes completamente como una persona libre. En vez de tener por ejemplo una carrera que te pueda generar plata pero no es la vida que tu quisiste, entonces te puedes sentir próspero, pero nunca te puedes sentir feliz”.
“No quiero plantearme nada de ese tipo de cosas —dice con respecto al futuro—. Lo único que quiero, no es tanto con el asunto de vivir el presente y cómo llegar a disfrutar la vida, sino que observar bien cómo estas tú desarrollando tu presente, porque así el futuro va a salir bueno solo”.
— ¡¿Se puee?! —grita el abuelito Alberto, pero el chofer no detiene la máquina.
—Al ca’o que ni quería suírme.
Cuenta las monedas en la Parada 8 de Los Pajaritos: Reino Unido esquina Los Pajaritos. Un perrito duerme dentro de una jardinera del bandejón central, mientras dos jardineros pasan el rastrillo. Pasa el metro. laBatalla
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.