Celebraciones, conmemoraciones, encuentros, inauguraciones y la más amplia gama de actividades que llenan las páginas sociales, son la dulce tentación para compartir momentos de alegría o recogimiento, y cuyo final generalmente está matizado por los comentarios mordaces, las conversaciones profundas, el lobby, o la exposición de la feria de vanidades tan propia de los terrícolas.
No terminaban aún de apagarse los ecos del sonido de los tambores que colmaban el espacio del majestuoso Templo Votivo, cuando al paso firme y distinguido de las autoridades que al término de la celebración se dirigían a compartir un vino de honor, un curioso que les observaba espetó “ el más bajito es David, el alcalde que viene de la Isla..”, en ese mismo momento un concejal era entrevistado por uno de los autodenominados medios locales, al que coincidentemente declaraba su curiosidad por encontrarse tan seguido en actos oficiales de Maipú, con este joven alcalde de la comuna de Isla de Maipo (David Morales), sacrificio que seguramente le exigía estar solicitando permisos administrativos seguidamente.
Coincidencias o no, Lo cierto es que nadie puede desconocer que este Ilustre visitante, ya está plenamente reconocido a lo menos por las más altas autoridades de la comuna, ya que no es menor haber sido saludado en más de una ocasión al interior del templo votivo de Maipú por la máxima autoridad religiosa de dicho santuario, y luego tomar ubicación protocolar en la fila principal asignada a las autoridades que presenciaban el desfile. Se preguntó a funcionarios del municipio local relacionados con el área de protocolo y eventos sobre esta materia (protocolar), pero se declararon confundidos, pensativos e inamibles.
En el preámbulo del vino de honor, nuevamente unos pies de cuecas, esta vez zapateaditos por la primera autoridad comunal, con la fiel barra de sus incondicionales.
En otro lado y a la sombra de un árbol protegidos del sol inclemente, un par de noveles promesas de la política local, seguía de cerca los movimientos del alcalde de la Isla, (son su avanzada, aclaró un gentil asistente, son chiquillos maipucinos que ahora son isleños, remató).
En esos instantes, un comunicador no tan joven,más bien maduro y también falangista, al oír la conversación, se acercó y con su voz rasposa y cámara fotográfica en posición de disparo, sentenció con su proverbial simpatía y prudencia que ahí estaba el futuro alcalde y que tenía fotos de algo o de alguien… así que no lo molestaran, si no …(¿?) .
Nadie preguntó más, David, tiene fieles escuderos, que lo cuidan y miman mientras él explica las poderosas razones por las que quiere cambiar la Isla de Maipo por el continente de Maipú…
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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