La Universidad de Chile tiene una hacienda llamada “La Rinconada”. Dicha hacienda se encuentra en el sector del mismo nombre, en la comuna de Maipú.
Allí funciona el Centro Experimental Germán Greve Silva, de la facultad de Ciencias Agronómicas de esa Universidad. Y está también la Quebrada de La Plata, reservorio de biodiversidad endémica.
Durante años el fundo ha sido utilizado por la Universidad de Chile para la enseñanza, la investigación, el esparcimiento y la producción. Durante la dictadura fue utilizado por la DINA y la CNI.
El caso del montaje de la Rinconada de Maipú
En noviembre de 1975, en Villa Grimaldi, seis personas, todos pertenecientes a la familia Gallardo o vinculadas a ella, fueron rociadas con agua hirviendo y aceite caliente, entre otras formas de tortura. Finalmente, sus cadáveres fueron trasladados hasta la hacienda “La Rinconada” de Maipú.
Habría versiones en el sentido de que no fueron seis cadáveres los trasladados hasta “La Rinconada”, sino que seis personas vivas, y que se las habría hecho descender de los automóviles, hecho correr, y que habrían sido acribilladas por la espalda. Un disparo en la zona posterior del cráneo es una de las explicaciones posibles al hecho de que a una de las víctimas le faltaran los ojos, al momento de ser reconocida.
La prensa, la televisión
El montaje consistió en hacer parecer que dichas personas, que habían sido detenidas, torturadas y asesinadas, eran terroristas que habían muerto en un enfrentamiento con agentes estatales de seguridad, en la hacienda “La Rinconada” de Maipú.
Al menos eso deben haber pensado todas las personas que vieron Televisión Nacional de Chile, el canal 13, o que leyeron El Mercurio, La Tercera de La hora, Últimas Noticias y/o Qué pasa, por esos días.
La dirección de comunicaciones del gobierno emitió un comunicado que fue reproducido por estos medios.
Con sus estilos particulares. “Seis Extremistas Mueren en Enfrentamiento a Balazos”, tituló El Mercurio; “A sangre y fuego mueren seis extremistas”, tituló Últimas Noticias.
En Televisión Nacional de Chile, el periodista Julio López Blanco mostró las vainillas vacías, resultantes del supuesto enfrentamiento. Posteriormente, Roberto Araya mostró el lugar donde habrían caído los supuestos terroristas.
Hubo disparos, por cierto, si hemos de creerles a los habitantes del lugar de aquel entonces, que los oyeron. Un niño de ocho años aparece en la revista Qué pasa diciendo que vio gente corriendo por los cerros.
He conversado con miembros sobrevivientes de la familia Gallardo. A treinta y nueve años de ocurridos estos hechos no hay culpables.
Les pedí que me indicaran qué porcentaje de justicia creían ellos que se había hecho en Chile respecto de las víctimas de violaciones a los derechos humanos. Una me dijo que 15%, otro me dijo que 8%.
Otra cosa tremenda es que a treinta y nueve años de ocurridos estos hechos, haya muchas personas que crean en lo que dicen los medios y lo repitan y lo comenten, sin pensarlo demasiado.
Opino que debiese haber un memorial en el sitio donde ocurrió el montaje de la Rinconada de Maipú. Invito a la agrupación de Derechos Humanos de Maipú, al alcalde de Maipú y al Ministro de Bienes Nacionales, también vinculado a Maipú, a que lo estudien.
Un memorial para que no olvidemos, entre muchas otras cosas, que los medios pueden divulgar información que oculta la verdad, a gran escala.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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