48 hombres y 7 mujeres han compuesto el Concejo Municipal de Maipú desde 1992 (año de las primeras elecciones municipales postdictadura) a la fecha.
Aquel primer concejo, presidido por el alcalde Herman Silva Sanhueza (DC), estuvo integrado por 7 hombres y 1 mujer: Hilda Porras Zúñiga (UDI).
Los concejos municipales elegidos en 1996 y 2000, presididos por el mismo Silva y el RN Roberto Sepúlveda Hermosilla, respectivamente, estuvieron compuestos por 8 hombres y ninguna mujer.
El Concejo Municipal de 2004-2008, presidido por el alcalde Alberto Undurraga Vicuña (PDC), estuvo compuesto por 8 hombres y 1 mujer: Carolina Lizama Villar (ILB).
El Concejo Municipal de 2008-2012, presidido asimismo por Undurraga, estuvo compuesto por 8 hombres y 3 mujeres: Marcela Silva Nieto (PS), Nadia Ávalos Olmos (PCCH) y Carol Bortnick De Mayo (ILF).
El Concejo Municipal actual, presidido por el alcalde Christian Vittori, lo componen 9 hombres y 2 mujeres: Marcela Silva Nieto (PS) y Carol Bortnick De Mayo (PPD).
“Este escenario es bastante complejo y decepcionante -comenta a La Batalla Pamela Silva, desde las Juventudes Comunistas de Maipú-, ya que al existir una representación mínima de mujeres en la toma de decisiones, se debilita la democracia y se dificultan los avances en materia de igualdad, puesto que aún no se ha instalado una cultura referida a la paridad de género”.
“Para reforzar la temática referida a la igualdad de género, se requiere de un arduo y constante trabajo, ya que solo así será posible llevar a cabo transformaciones estructurales que permitan desnaturalizar los roles impuestos por el neoliberalismo y el patriarcado, que instalan la idea de dominación masculina y subordinación de las mujeres. En donde el espacio público se define a partir de lo masculino, mientras lo privado/doméstico corresponde a la mujer“.
“A partir de esta diferenciación entre lo público y lo privado -dice-, se reproduce la idea de que para desenvolverse en el terreno político se requiere de fuerza, carácter y astucia, “cualidades” que serían propias de lo masculino. Mientras que las mujeres somos consideradas débiles para asumir dichos roles, siendo relegadas a la esfera privada para dedicarnos exclusivamente a los quehaceres y cuidado del hogar“.
“Es urgente impulsar y fortalecer diversos espacios para que las mujeres nos empoderemos y tomemos conciencia de la doble opresión en la cual nos encontramos al vivir en un sistema neoliberal y patriarcal que nos domina, subordina, cosifica, invisibiliza, discrimina y nos impone conductas y roles a cumplir en la sociedad. Si tomamos conciencia de dicha opresión y dominación, podremos sacar la voz y luchar desde diversas trincheras por la reivindicación de nuestros derechos”, concluye.
“Es necesario que nosotras como mujeres, reconozcamos nuestra historia, visualicemos nuestras capacidades y carencias, y entendamos que las decisiones que toman otros sujetos por nosotras, es nuestra responsabilidad”, indica por su parte María José Alcántara, desde el colectivo Gafas Color Violeta:
“El día en que las mujeres seamos conscientes del rol fundamental que llevamos a cabo en la sociedad y nos organicemos, construiremos codo a codo, hombres y mujeres una sociedad más justa”.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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