21 de mayo, un día de reflexión Latinoamericana

Tiempo de lectura: 5 minutos

“La Guerra del Pacífico (…), fue un conflicto en el cual los países beligerantes, Chile , Perú y Bolivia, enfrentaron lo mejor de la sangre de los hijos del pueblo, para que al final fuese la aristocracia chilena la que se enriqueciera con los territorios conquistados”.

21 de mayo de 1879, aquella mañana dos barcos de guerra chilenos, mantienen el bloqueo del puerto peruano de Iquique custodiado bajo el mando del general Juan Buendía. Uno la Esmeralda al mando del Capitán Arturo Prat Chacón, un oficial de la Armada de Chile, quien además era Abogado de profesión. El otro la Covadonga, al mando del comandante Carlos Condell de la Haza.

La realidad, es que el Capitán Prat, estaba en este puesto por la egoísta acción del Almirante jefe de la Armada chilena, Williams Rebolledo, quien al iniciar la expedición para atacar el principal puerto peruano de El callao, quería privar a Prat de toda posibilidad de gloria militar. Rebolledo detestaba a Prat, por haber sido Prat, el año 1872, el abogado que defendiera al oficial Luis Uribe Orrego en un juicio naval por ser acusado de desobediencia y desacato al haberse casado con una mujer inglesa viuda, durante una misión en Inglaterra, sin el permiso del jefe de la misión el almirante Juan Goñi Prieto. En ese juicio el almirante Rebolledo fue derrotado por el abogado y oficial Arturo Prat quien logró que el oficial Uribe no fuese sancionado.

Quiso el destino, que la misión del almirante Williams Rebolledo, no tuviese ningún grado de Honor y Gloria, siendo en sí un rotundo fracaso, al irse mar adentro, la Escuadra Chilena, no se encontró con los dos principales buques peruanos, el monitor Huáscar al mando del Almirante Miguel Grau Seminario y la fragata blindada Independencia al mando del comandante Juan Guillermo Moore, que venían hacia el sur a levantar el bloqueo de Iquique.

Esa mañana, los buques peruanos, se encuentran con los antiguos y averiados barcos chilenos. Prat, cumple con su deber y muere luchando sobre la cubierta del monitor Huáscar, en un intento por tomar el buque enemigo, y también mueren sobre el barco peruano el teniente Ignacio Serrano y doce marinos chilenos, la Esmeralda se hunde en un combate muy desigual pero sin jamás rendirse. Este suceso se conoce como el Combate Naval de Iquique.

La Covadonga, sigue aguas al sur, huyendo de la Independencia. El capitán Condell, conocedor de la profundidad de su quilla y de la quilla de la Independencia, se apega lo más posible a la costa, cercano a los roqueríos y donde el agua es menos profunda. Moore, en un acto de osadía y falto de destreza en el mando de combate, sigue al barco chileno y el extremo de la bahía de Cheureñate, encalla a la Independencia. Mientras la Covadonga descarga toda su fusilería sobre el barco que comienza a volcarse, para luego seguir hacia el sur, ante la eventualidad de la proximidad del Huáscar. Este suceso se conoce como el Combate Naval de Punta Gruesa. Según el historiador Carlos López Urrutia, en su libro “Historia de la Marina de Chile”, fue estratégicamente, la mayor derrota naval de Perú, pues la Independencia era la mejor nave de guerra de todo el Cono Sur de América Latina.

El oscuro almirante Rebolledo, en un arrebato de ira e irracionalidad bombardea luego Iquique , olvidándose de todas las consideraciones y respeto a la población civil peruana sin importarle siquiera que en este puerto estaban los prisioneros capturados de la Esmaralda.

La Guerra del Pacífico, conocida también como la Guerra del Guano y el Salitre (1879-1883), fue un conflicto en el cual los países beligerantes, Chile , Perú y Bolivia, enfrentaron lo mejor de la sangre de los hijos del pueblo, para que al final fuese la aristocracia chilena la que se enriqueciera con los territorios conquistados, la que poco después de terminada la guerra estaba entregando estas zonas conquistadas a manos del inglés John Thomas North, el que se adueñó fraudulentamente de esta zona y generó un gran centro de explotación, riqueza para los ricos y más pobreza para los pobres. Mueren los hijos de los pueblos Latinoamericanos y se beneficia un inglés.
América Latina, debe aprender de su propia historia y de los resultados de las estrategias aplicadas cuando se lucha en Unidad, como complemento más que como competencia. Revisando lo que fue la Guerra contra España (1865 – 1866), ocurre el combate naval de Abtao, el 7 de febrero de 1866, en las aguas del canal Chayahué, en Chiloé, las fuerzas aliadas chilenas y peruanas, se enfrentan contra la escuadra invasora española al mando de Casto Mendez Nuñez, el sucesor del almirante español Pareja.

En este combate naval luchan al mismo lado el entonces teniente Arturo Prat embarcado en la corbeta Covadonga y el entonces Capitán Miguel Grau al mando del buque fragata Unión. El resultado del enfrentamiento fue incierto, pero significa un ejemplo de Hermandad Latinoamericano, contra un invasor monárquico e imperialista.

Soy un firme creyente en el sueño del gran Libertador Simón Bolivar. Creo que es la unidad de nuestros pueblos, lo que nos puede llevar a progreso, a desarrollo, a complemento económico, técnico, científico. Somos grandes productores de materias primas, tenemos tierras con gran riqueza, con mucho futuro y proyección.

Busquemos la unidad y el complemento entre nuestros países, busquemos la defensa mutua , tenemos muchas guerras que luchar, contra la pobreza, tenemos más de 250.000.000 de latinoamericanos que viven en pobreza y además 85.000.000 en extrema pobreza; tenemos la guerra contra las drogas y el narcotráfico que tanto daño hacen a nuestros jóvenes y generan dependencia y dolor a millones de hogares; tenemos la guerra contra el analfabetismo; contra la dependencia económica; contra la dependencia industrial, siendo países productores, vendemos materias primas y sostenemos nuestras economías sobre el sector primario de la economía las labores de extracción en circunstancias que al nacionalizar estas riquezas y proceder a industrializar los procesos, generaríamos productos diseñados y elaborados con esas mismas materias primas y le daríamos un gran valor agregado, sin duda gran riqueza para nuestros pueblos y gran desarrollo.

Solos el imperialismo nos arrasa, el mismo que nos hace pelear entre nosotros para mantenernos siempre divididos. Bien lo decía Portales… ”el enemigo verdadero está mas al norte”, al referirse a la situación de la confederación Perú–Boliviana creada por Andrés de santa Cruz y en una clara referencia a la acción de Estados Unidos y su ya política de intromisión en nuestros asuntos. No olvidemos las causas de la brutal Guerra del Chaco Librada entre Paraguay y Bolivia los años 1932 a 1935, por el territorio del Chaco Boreal, ambos países lanzados a la lucha fratricida por empresas del cartel de las petroleras yanquis , invito a leer “Las Venas Abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano.

Nacionalicemos nuestros recursos, todos juntos, industrialicemos los procesos, tenemos riquezas mineras, agrícolas, forestales, marítimas gigantescas, tenemos todos los climas del planeta, tenemos tecnología y posibilidades inimaginables. Las guerras en nuestros territorios solo benefician al imperialismo, el que vende armas, pertrechos y provisiones a todos los beligerantes.

Convirtamos la CELAC, en una herramienta de progreso y de cooperación para todos y todas, usemos los acuerdos de APEC, para beneficios de toda la región, sin egoísmos ni nefastos nacionalismos, potenciemos las capacidades de nuestros profesionales, sumemos nuestros recursos.

Recordemos las efemérides solo para entender que la historia es un conjunto de procesos y esos procesos los construyen los pueblos y la clase trabajadora y que las guerras las luchan los pueblos y las sufren los pueblos y los que nunca ganan son los mismos pueblos.

¡VIVA LA UNIDAD DE NUESTRA AMÉRICA LATINA!

Muchas Gracias.